En los últimos años, y a pesar de las dificultades que encuentran para hacer efectivo su derecho a la comunicación, los pueblos originarios han sabido apropiarse y recrear el lenguaje audiovisual para plantear sus demandas, denunciar sus problemáticas y difundir sus conocimientos.

A día de hoy, la producción audiovisual indígena se ha convertido en una potente herramienta, a través de la cual estos pueblos -así como los colectivos que les acompañan- construyen de manera colectiva y a nivel global sus mensajes. Pero también ha conseguido abrir un espacio para el intercambio de conocimientos, el debate intercultural, la investigación participativa y el arte.