Mugarik Gabe estuvo presente en Bolivia el domingo, día 25 de enero, cuando se celebraba el referéndum sobre la nueva propuesta de Constitución Política del Estado.

Además de un seguimiento a los últimos días de campaña, en esa fecha, se tuvo la oportunidad de hacer seguimiento al referéndum en el departamento y ciudad de Santa Cruz. Junto a un equipo de comunicadores indígenas, en la mañana, se recorrieron diferentes comunidades del departamento (Yapacaní (área de colonizadores), Buena Vista y La Bélgica (comunidad guaraní)). En la tarde, se visitaron varios colegios electorales de la ciudad  y en el llamado “Plan 3000”, barrio popular y de fuerte apoyo al proceso boliviano, en una ciudad como Sta. Cruz, feudo de la derecha.

En ese último centro, a partir de las 16’00 horas, también se pudo estar presente (había presencia de observadores de la Unión Europea) en el recuento de votos en las primeras mesas que cerraron. Recordar que además de la propuesta de constitución, también se sometía a refrendo la extensión máxima (5.000 ó 10.000 ha.) de tierras que a partir de ahora se permitirán poseer, en el objetivo de acabar con el latifundio .referendum2

Los resultados, a día de hoy, ya son oficiales y la Nueva Constitución Política del Estado que, entre otras, declara a Bolivia como Estado Plurinacional, además de otros importantes e innovadores avances sociales, económicos y políticos, ha sido aprobada por casi el 62% de la población. La limitante a las 5.000 ha. máximo también fue aprobado por prácticamente un 80%; es decir, incluso quienes pudieron votar contra la constitución, votaron a favor de la limitante de tierras.

El ambiente, ya en La Paz, en los momentos inmediatamente posteriores al referéndum, hay que decir no era de alegría desbordante, aunque si de confianza por la victoria que ya anunciaban los primeros resultados; incluso se puede decir que había una cierta sensación agridulce. Se pensaba que se iba a “barrer” a la oposición. Aunque es cierto que se ha dado una cierta recomposición de la derecha (debilitada después de los graves acontecimientos de septiembre-08), los análisis posteriores, demuestran que ha sido un éxito completo para el proceso. La presidencia en diciembre de 2005 se alcanzó con un histórico 54%, el revocatorio de agosto de 2008 supuso un apoyo del 67% y, ahora la constitución se aprueba con un 62%.

Esto teniendo en cuenta que los referéndums constitucionales, autonómicos, consultas, etc. siempre son más difíciles pues se realizan sobre un texto amplio y denso al cual no todo el mundo tiene acceso u oportunidad de conocer y entender (es más sencillo votar a una candidatura política). Hay que tener en cuenta que la campaña desarrollada por la derecha, aunque sin tensionamiento, ha sido muy fuerte (se perciben los apoyos económicos y práctica totalidad de los medios masivos de comunicación) e impactante, tendiendo a no entrar nunca en el articulado de la constitución. Para ello, se centró en consignas, las más de las veces falsas y que generan dudas (“bombardeo”) y miedos: “elige a Dios, vota No”; “Bolivia es creación de Dios, No a la destrucción de Bolivia”; “No al aborto”; “No a la destrucción de la familia”; “No a la esclavitud”; “Jesucristo es nuestro único fundamento y fortaleza, no aceptamos a la Pachamama como fortaleza para refundar Bolivia”, etc. Además el miedo a que hasta aquella persona que tiene una casa, o unas hectáreas de tierra, las iba a perder, y la importante campaña de las iglesias católica (casi el 94%) y evangélica (6%) que, a pesar de decir que no entraban en campaña, había pruebas de que en las iglesias y en determinadas declaraciones, respaldaban el no a la nueva propuesta.

Otro dato es el práctico monopolio de los medios de comunicación en manos de los sectores oligarcas, lo que les convirtió en los grandes portavoces de la campaña del No. Esto se percibió claramente incluso acabado el referéndum. Cuando los resultados preliminares apuntaban a un 60-40% a favor de la propuesta, todos los programas (informativos, analistas, etc.) tendían a presentar como descenso claro del apoyo al gobierno, incluso fracaso de la propuesta. Evidentemente, esto era parte de la campaña posterior presentando al país como dividido por la mitad poblacional en dos visiones diferentes del mismo e incluso en dos espacios geográficos: “media luna” o tierras bajas, donde el No se imponía; tierras altas, donde el Si ganaba.

Las primeras declaraciones de la oposición han llamado a conjugar esas dos visiones de país, con una renegociación de la constitución o, incluso han llamado al desacato directamente o a la conformación de un estado confederal.

Respecto a la comunidad internacional (Unión Europea, NN.UU., OEA) realizó labores de observación sobre el proceso de referéndum en sí y todas han declarado la limpieza absoluta del mismo y el reconocimiento claro de los resultados. Se incluirían aquí declaraciones de diferentes gobiernos en esta misma línea, incluida la nueva administración estadounidense de Barack Obama. Esto incide, pues es de suponer que resta argumentos a la oposición cara a estructurar una oposición fuerte a la nueva constitución.

El gobierno, que proclamó y celebró la victoria (en la ciudad del El Alto, por ejemplo, se superó el 83% de apoyo), se reunió el martes, día 27, en un ampliado junto a congresistas y organizaciones sociales, indígenas y campesinas, para iniciar el proceso de implementación. Evidentemente, se declaró abierto al pacto social, a la negociación con la derecha, pero a partir de la nueva constitución; esto último es algo que no se discute, pues se sometió a referéndum y se aprobó, como se dice allí, por el soberano (el pueblo).

A futuro.

Se habla que se necesitarán 10 ó 15 años para implementar la nueva constitución política y conseguir la refundación del país en un nuevo estado (plurinacional) y se calcula, para ello, la necesidad de promulgar más de 3.500 nuevas leyes. En el futuro inmediato, se debe de aprobar la nueva Ley Electoral, para las próximas elecciones generales que están previstas para el mes de diciembre de 2009. Entonces, además de la elección presidencial, también se dará la eliminación del Senado, que pasa a ser Asamblea Plurinacional, donde estarán representados los 36 pueblos indígenas del país. También, sucesivamente, se deberán ir definiendo las circunscripciones electorales, la elección del Tribunal Constitucional (a partir de ahora será elegido así y no por cuota de partidos políticos), leyes sobre la justicia comunitaria, reconocida por igual a la justicia no indígena, contra la violencia de género, del funcionariado, etc.

Como es de imaginar el reto empieza ahora, en el desarrollo legislativo necesario. Se piensa que la derecha, quien domina el Senado, intentará paralizar todas las leyes a fin de obstaculizar la implementación y desgastar al gobierno cara a las elecciones de diciembre. Ante ello, algunos sectores ya han proclamado su intención de bloquear físicamente (cercar) el Senado o piden el adelanto electoral a julio. El gobierno ha declarado que esto último no se hará y que se buscarán acuerdos para avanzar en la nueva constitución.

Se cierra una etapa de este proceso y se abre otra que debe llevar a Bolivia a un nuevo escenario, donde las mayorías, históricamente marginadas, ocupen el espacio que les pertenece y, además del reconocimiento, puedan verdaderamente ejercer la totalidad de sus derechos políticos, económicos y sociales en un escenario de mayor justicia, igualdad y equidad para una vida realmente digna.

 

Mugarik Gabe
Bilbao, a 3 de febrero de 2009