Las transnacionales y el capital se han hecho dueñas de nuestras vidas. Como se hace evidente en Navidad, a través del consumismo salvaje aumentan los beneficios de las empresas.

A las personas trabajadoras nos condena a la precariedad. La brutal terciarización de la economía y la desregulación del mercado laboral son ataques a los derechos de las personas trabajadoras. Además, en Navidad son habituales los contratos temporales, los abusos en el horario laboral de las trabajadoras del sector comercial o las situaciones de precariedad en bares y restaurantes.

Está previsto que el 82% de los contratos que se realizarán en el Estado durante las navidades sean temporales y a tiempo parcial. Las ETTs (Empresas Temporales), por ejemplo, realizarán un millón de contratos.

Supone la destrucción de los circuitos próximos del comercio local y de la economía. Las repercusiones de las transnacionales en nuestros pueblos y barrios son muy graves, ya que engullen o eliminan a las pequeñas empresas que crean empleos. Esto, además de destruir empleo, repercute negativamente en la vida comunitaria de los barrios.

Entre 2008 y 2016 se han cerrado 5.000 comercios en la CAV. Las comerciantes aseguran que el impacto de las transnacionales, la apertura en domingos y festivos y el auge de los productos que se compran online han influido directamente.

Hacen negocio con nuestros datos personales. Cuando hacemos compras por internet, la gestión y la compraventa de nuestros datos personales son una de las grandes partes del negocio. Además del beneficio económico, estas empresas privadas tienen un control social sobre nosotras, con todas las consecuencias que eso tiene en nuestro día a día.

La economía basada en datos, es decir, la economía basada en el Big Data, moverá en 2020 739.000 millones de euros. Esto supondría el 4% del PIB de la Unión Europea. La mayor parte de esta cantidad de dinero provendrá de los beneficios de las empresas privadas que gestionen nuestros datos.

Promueve el consumismo. Ahora que estamos inmersas en una crisis ecológica, el modelo que promueven empresas como Amazon destruye nuestro planeta. Además de fomentar la lógica del consumo infinito en el planeta finito, la contaminación que provoca el transporte y la distribución de productos para el consumo acelera el cambio climático.

Según un estudio realizado por una cadena de televisión del estado francés, Amazon arroja cada año 3 millones de nuevos productos a la basura. Muchos de estos productos acaban en incineradoras y vertederos.

Por eso en Navidad, ¡consumir poco y cerca!

#KontsumismoBasatiariPlanto