• Las personas y el planeta por encima de las multinacionales.
  • TTIP – CETA – TISA = ataques a la vida.

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  • Menos súperderechos para las multinacionales y más derechos humanos.
  • Las mujeres y el planeta no somos mercancía

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  • Los tratados como TTIP y CETA nos hacen esclavas del capital.
  • En América Latina las mujeres ya saben qué significa el libre comercio: trabajo en la maquila.
  • ¿Negociar nuestros derechos laborales con quienes no reconocen la igualdad salarial? No, gracias.
  • TTIP-CETA-TISA = trabajadoras pobres
  • TTIP-CETA-TISA = privatización y desmantelamiento de las políticas sociales.

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  • EEUU no reconoce la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer.
  • Nuestros derechos son riesgos para vuestros intereses.
  • ¿Dejar mis derechos reproductivos en manos privadas? No, gracias.

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  • ¡Frente al movimiento libre de los capitales, movimiento libre para las personas!
  • Más control al capital y más libertad para las personas.

El TTIP supone la liberalización de los servicios públicos, lo que va a traer la privatización de los mismos para aumentar las ganancias de unos pocos a costa de la necesidad de la mayoría social. Con la privatización de los servicios públicos, llega ineludiblemente la precarización de todas las necesidades de cuidado de las personas, necesidades que el sistema capitalista una y otra vez deja en manos mayoritariamente de las mujeres.

El TTIP va a traer el debilitamiento de las legislaciones laborales y sociales. Una vez más este debilitamiento, tendrá unos efectos perversos en el conjunto de la ciudadanía y especialmente en aquel sector de la sociedad más precario como somos las mujeres. Con el TTIP, la igualdad  de hombres y mujeres, esa que aún hoy no hemos conseguido, se quedará en el cajón, y con ello campará a sus anchas entre los mercados la discriminación de las mujeres, el techo de cristal, la brecha salarial, reforzando  el papel reproductivo de las mujeres como necesita el capital para su propio sostenimiento.

Debemos luchar por que las personas y el planeta estén por encima de las multinacionales, contra la criminal alianza que supone el patriarcado y el capital. No podemos dejar nuestros derechos a quienes no reconocen la igualdad  entre hombres y mujeres. La  privatización y el desmantelamiento de las políticas sociales suponen una agresión directa a las vidas de las mujeres. No podemos dejar los derechos reproductivos en manos privadas que solo ven en las mujeres obra de mano barata, y una forma de sostener la vida sin coste para el capital.