La violencia contra las mujeres y las niñas es probablemente la violación de los derechos humanos más habitual y que afecta a un mayor número de personas. Además está presente en todas las sociedades del mundo, independientemente de cuál sea su sistema político o económico. La violencia contra las mujeres no sabe de culturas, ni de clases sociales ni de etnias. Este escándalo cotidiano se manifiesta de diferentes maneras y tiene lugar en múltiples espacios, pero posee una raíz única: la discriminación universal que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo .
La vulneración de los derechos de las mujeres se da en todas las sociedades (también en la nuestra) y tiene implicaciones tiene para la vida de las mujeres y su entorno. Se está produciendo una deslegitimación por parte de la sociedad hacia la violencia machista en sus expresiones más visibles y brutales, pero otras siguen sin percibirse como violencia. Falta todavía dimensionar esta violencia, y sus diferentes formas e identificar la causa última de todas ellas, el sistema patriarcal, así como categorizarlas como una vulneración de derechos humanos que tiene implicaciones para la vida de las mujeres en todas sus esferas. Nos encontramos en todas las sociedades con más de la mitad de la población que tiene un déficit de derechos.
Sin duda la resignificación de las violencias machistas en un marco de vulneración de derechos humanos es un paso necesario para conseguir una conciencia social que haga frente a todas las violencias machistas, y pasa ineludiblemente por una pedagogía sobre la defensa de los derechos de las mujeres.
Consideramos que no pueden existir los derechos humanos con la violación sistemática y sistémica de los derechos de las mujeres así como la necesidad de que todos los agentes de la sociedad se corresponsabilicen en ser agentes de transformación para su denuncia, que analiza causas estructurales que provoca esta violencia y respeta de los Derechos de las Mujeres.